La Reina del Pop, la reina de la controversia. Madonna se presentó en River por segunda vez ante un multitudinario público que volvió a ovacionarla y hasta se animó a tocarse ante la mirada cómplice de todos.
Fue casi en el final del show, la fecha número 2 de la cantante en tierras argentinas, cuando la diva metió su mano derecha dentro de sus pantalones y tocó su sexo mirando a sus fans. Desató la locura y el griterío de las 60 mil almas que la esperaron más de 15 años.
Otro de los grandes momentos fue cuando le preguntó a una fan qué tema quería escuchar y ella eligió “Express yourself” (la primera noche había sido “Like a virgin”). Ese diálogo con la gente es uno de los clímax del “Sticky & Sweet tour” donde Madonna y el público cantan a capella, acompañados de las palmas. Un feedback que no muchos artistas suelen tener con sus seguidores.
En la noche del viernes, se volvieron a destacar “Like a prayer”, “La isla bonita” y su cálida y emotiva “No llores, por mí, Argentina” con nuestra bandera de fondo sobre el escenario.
Había más. Se animó a hablar en español en distintos momentos del show, saltó toda la noche, fue divertida con los espectadores y hasta rockeó incansable en algunos de los temas como “Ray of light” y “Hung up”.
Del “Sticky & Sweet”, como cada tour que realiza la Diosa Pop, impacta lo visual con sus diferentes vestuarios, el colorido que le brindan las pantallas donde se suceden videos durante todo el espectáculo y esos bailarines impecables que la acompañan en esta gira. Una verdadera show-woman que desborda talento y sigue siendo la dueña del trono Pop.
Los quince años de espera valieron la pena y se vivieron muy rápidamente en las dos horas intensas que dura el show. Para todos, parece corto. Pero lo bueno, dura poco y viene en envase chico...
Fue casi en el final del show, la fecha número 2 de la cantante en tierras argentinas, cuando la diva metió su mano derecha dentro de sus pantalones y tocó su sexo mirando a sus fans. Desató la locura y el griterío de las 60 mil almas que la esperaron más de 15 años.
Otro de los grandes momentos fue cuando le preguntó a una fan qué tema quería escuchar y ella eligió “Express yourself” (la primera noche había sido “Like a virgin”). Ese diálogo con la gente es uno de los clímax del “Sticky & Sweet tour” donde Madonna y el público cantan a capella, acompañados de las palmas. Un feedback que no muchos artistas suelen tener con sus seguidores.
En la noche del viernes, se volvieron a destacar “Like a prayer”, “La isla bonita” y su cálida y emotiva “No llores, por mí, Argentina” con nuestra bandera de fondo sobre el escenario.
Había más. Se animó a hablar en español en distintos momentos del show, saltó toda la noche, fue divertida con los espectadores y hasta rockeó incansable en algunos de los temas como “Ray of light” y “Hung up”.
Del “Sticky & Sweet”, como cada tour que realiza la Diosa Pop, impacta lo visual con sus diferentes vestuarios, el colorido que le brindan las pantallas donde se suceden videos durante todo el espectáculo y esos bailarines impecables que la acompañan en esta gira. Una verdadera show-woman que desborda talento y sigue siendo la dueña del trono Pop.
Los quince años de espera valieron la pena y se vivieron muy rápidamente en las dos horas intensas que dura el show. Para todos, parece corto. Pero lo bueno, dura poco y viene en envase chico...
No hay comentarios:
Publicar un comentario