domingo, 16 de noviembre de 2008

Kylie Minogue: la celebración del pop



El sábado a la noche, desde el escenario de GEBA, Kylie Minogue fue la anfitriona de una gran fiesta. En su primera visita a la Argentina, la australiana llegó con varios motivos para festejar: en 2008 alcanzó las dos décadas de carrera y, en mayo, cumplió nada menos que 40 años. Su triunfal lucha contra el cáncer y la celebración de aquel hechizo que la hace lucir eternamente joven, también pudieron ser razones. Pero más allá de las excusas, los miles de invitados no se preocuparon por pasarla bien: simplemente lo hicieron y, con sus bailes, rindieron tributo a esta Diosa del pop.

Con una puesta muy teatral, Kylie demostró todo su histrionismo durante poco más de dos horas: seis cambios de vestuario, una decena de bailarines, una pantalla gigante al fondo y algunos elementos de escenografía; el tren de la línea Mitre pasando por detrás, aunque fortuito, no fue un detalle menor y le dio el toque final a un panorama con aires futuristas. Así, los hits bailables se fueron intercalando con actings más propios de un musical o de un teatro de revista: la primera parte incluyó "Can´t Take You Out of My Head" y también "In Your Eyes", ambos del álbum Fever que, en 2001, significó el relanzamiento de su carrera. Luego, vestida de porrista, "Heart Beat Rock" y "Wow", de su último disco, X, dieron lugar a una sucesión de despliegues escénicos mientras cantaba otros de sus éxitos, como "Slow", y algunos temas viejos como "Step Back in Time".

La relación dinámica, espontánea con su público y una mezcla entre dedicación profesional y necesidad de recompensar el tributo, le hicieron a Kylie muy difícil bajarse del escenario. Luego de los bises ("Better The Devil You Know", "Love At First Sight", una versión de "Bésame mucho" y "The One"), la australiana respondió emocionada a las exigencias de la audiencia y regaló una más, "I Should Be So Lucky", y la fiesta llegó de la mejor manera a su fin.

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