jueves, 6 de noviembre de 2008

Shirley Manson: la boquita más sucia del pop

Recopilamos las frases más guarras de la atractiva y deslenguada cantante de Garbage


Aunque lleva una eternidad sin sacar disco, Shirley Manson (Edimburgo, 1966) ha vuelto a la actualidad por su papel en la serie Terminator: The Sarah Connor Chronicles, donde interpreta a Catherine Weaver, un robot asesino T-1000 que se hace pasar por ejecutiva de compañía tecnológica. Pero no estamos aquí para hablar de los pinitos catódicos de Shirley ni de su estancada carrera musical, sino para escucharla decir guarrerías.Como aperitivo, lo que ha soltado a propósito de su trabajo en la tele: “No será ningún problema para mí rodar escenas eróticas con traje metalizado: me encanta el sexo entre robots”.

Por culpa de su pinta de marciana cabezona y de su trastorno dismórfico corporal, Shirley pasó una infancia y una adolescencia dantescas, como una especie de Carrie sin superpoderes: en el colegio se reían de ella y le pegaban por ser demasiado pálida, delgada y feucha y, luego, ella llegaba a casa y se autolesionaba: odiaba el cuerpo que Dios le había dado. Hasta que, un día, la joven se miró al espejo, acarició su piel… y se dio cuenta de que era suave y hermosa. Poco después, tendría su primer amante. Así, el patito feo se convirtió en cisne, aunque nunca ha llegado a superar del todo sus complejos: “Me siento igual que cuando iba al colegio. Las inseguridades no desaparecen sólo porque alguien te llame sex symbol”, declaró recientemente.

El resto es historieta del pop: la chica arrasó al frente de los grupos Angelfish y Garbage y se convirtió en sex symbol freak deseada por miles de fans gracias a una curiosa técnica: enseñar lo menos posible: "Creo que me llaman "bomba sexual" y "mito erótico" porque nunca me he desnudado. No soy una chica sexy, ni soy guapa, ni soy una gatita caliente, como han dicho por ahí. Tampoco ligo demasiado. Si me han llamado "sex symbol" a mí, y no a otras chicas que se lo merecen más, es sólo porque no enseño demasiado mi cuerpo y, ya sabes, la gente es muy curiosa"

Aunque se divorció de su marido, la vida sexual de Shirley siempre ha sido agitada y su lengua, sin pelos y aún resentida por su pasado, se pone a soltar obscenidades a la menor ocasión. Veamos algunas de las mejores, que demuestran que el instrumento que mejor domina Shirley es, sin duda, la sinhueso y su obra cumbre, sus entrevistas:

PAQUETES. “Me chifla bajar los pantalones de un chico y ver que no lleva ropa interior pero, si lleva algo debajo, prefiero que sean boxers, porque los gayumbos me recuerdan a mi padre y normalmente no quieres acordarte de tu padre cuando vas a follar”.

LA IMPORTANCIA DEL TAMAÑO. “Ni quiero un pene diminuto ni quiero un pene enorme. Quiero el tamaño justo, que me llene y me haga sentir bien. Si es demasiado grande es un rollo, porque te puede hacer daño, tardas una eternidad en ponerlo duro y te cuesta mucho trabajo mantenerlo así. Y si es pequeño, no sientes nada y yo quiero un trozo de carne que me haga vibrar”.

EL PENE DE BRAD PITT. “Una amiga me mandó una fotografía digital del pene de Brad Pitt que encontró en Internet. La verdad es que era impresionante”.

TETAS. "Cualquiera de mis compañeros de Garbage tiene más tetas que yo. Comprarme un sujetador es toda una odisea. Muchas veces los chicos me dicen que les enseñe las tetas y yo les pregunto lo mismo que Juliette Lewis en Asesinos natos: ¿"Estás ligando conmigo?". Ellos creen que les sigo el rollo y lo que me gustaría es sacar una pistola y cargármelos".

VELLO PÚBICO. "Me encanta mi guitarra naranja porque es del mismo color que mi coño. Me gusta tenerlo así, aunque me llevó tiempo aceptarlo: creo que todos los pelirrojos nos horrorizamos al ver que tenemos un vello púbico distinto al de los demás. Pero cuando un amante me desnudó por primera vez y me dijo lo mucho que le gustaba mi entrepierna, me alegré de tener esto, y no un enorme felpudo negro".

VAGINA. "He podido comprobar que los chicos que estudiaron en colegios privados prefieren palabras suaves, como "conejito" pero, gracias a Dios, aún puedes encontrar hombres que son capaces de decir "vagina".

FLUÍDOS CORPORALES. “Para practicar sexo no hace falta estar limpio. Odio a los hombres que tienen miedo de la orina, la mierda y la sangre menstrual. Paso de los chicos que quieren verte todo el tiempo impecable y maquillada, incluso cuando te acabas de levantar, y también paso de los que me dicen que me pongan ligueros y medias: a mí me gusta estar completamente desnuda en la cama. ¿Quién quiere otro chico al que le da asco besarte después de que hayas vomitado? Yo necesito un hombre que ame a la bestia que hay en mí y me deje mear en su ombligo”.

LA REGLA. “A veces tengo que hablar mal y pronto de mi flujo menstrual, porque los hombres no acaban de entender que estás de mala leche porque tienes las bragas llenas de sangre”.

ESCARCEOS LÉSBICOS. “Más de una vez he besado a chicas, nos hemos sobado y nos hemos frotado. Creo que es más fácil para dos mujeres montárselo, sólo hay que dejarse llevar”.

SEXO EN LUGARES PÚBLICOS. "El sexo espontáneo en lugares públicos es muy divertido. Yo he guarreado en coches, edificios abandonados y baños ajenos. También me encanta montármelo en trenes; creo que son muy sexys. Pero nunca lo haría en un avión, porque lo asocio a la muerte y se me corta el rollo. Si Brad Pitt me entrara en un avión, con todo el dolor de mi alma tendría que decirle que no".

MASTURBACIÓN. "Si me llevara consoladores de gira, alguien los vería, se correría la voz y pronto todos sabrían lo que hago por las noches. Así que uso mi mano: es más barata y nunca se queda sin pilas".

CUNNILINGUS. "Una vez salí con un chico que se negaba a hacerme el cunnilingus. Es obvio que no era un hombre de verdad, porque a un hombre de verdad le gusta comerte entera. Así que baja, ocúpate de mi vagina o, si no, lárgate".
Fuente: ADN

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